Camiseta Samhain
Camiseta Samhain – Oscuridad, horror punk y la era más cruda de Glenn Danzig tras Misfits
Después de dejar atrás los coros pegajosos y los estribillos de cementerio de Misfits, Glenn Danzig se sumergió en algo más turbio. Más espeso. Más primitivo. Samhain nació en 1983 como un ritual personal, una inmersión en el lado más oscuro del punk. Aquí no había caramelos de Halloween, solo sangre, paganismo y una atmósfera que olía a cripta.
Con influencias que iban del deathrock a la música tribal, Samhain desarrolló un sonido denso, casi viscoso, marcado por una percusión cavernosa y bajos que arrastraban. Las guitarras parecían grabadas en una tumba abierta. Las letras abandonaban la fantasía pulp y abrazaban lo oculto, lo ritual, lo ancestral. Cada tema era una invocación al caos. Glenn dejó de ser el chico que cantaba disfrazado de esqueleto para convertirse en un chamán poseído.
El primer disco, Initium, ya dejaba claro que esto no era Misfits. Esto era otra cosa. El caos estaba servido. Pero fue November-Coming-Fire el que consolidó el sonido de la banda. Oscuro, violento y ritualista, es considerado uno de los discos clave del horror punk más experimental. Canciones como “Mother of Mercy” o “To Walk the Night” no solo asustan, también hipnotizan. La oscuridad en Samhain no era solo estética: era un lenguaje.
Visualmente, la banda dejó atrás los tonos cartoon. Su imagen se volvió más simbólica, más amenazante. El logo del cráneo de cabra se convirtió en icono. Un símbolo que aún hoy arde en camisetas, parches y portadas. Samhain fue el puente entre el punk de Misfits y la furia satánica de Danzig. Pero no fue un simple tránsito. Fue un pozo profundo en el que muchos se quedaron por voluntad propia.
El culto alrededor de Samhain sigue vivo. Y no es para todos. No es música de fondo. No se tararea. Se respira. Se siente. Se arrastra por la piel. Y sigue inspirando a bandas de black punk, dark hardcore y otros monstruos nacidos de la noche.
La Camiseta Samhain no es solo una prenda. Es una llamada al lado oscuro del punk, donde Danzig invocó algo más denso, más salvaje, más libre.